La palabra Iniciación, deriva de dos palabras latinas: in en, iré ir; es por lo tanto el comienzo o entrada en algo. Representa en su más amplio sentido, en el caso que estamos estudiando, la entrada en la vida espiritual, o en una nueva etapa de la misma vida. Literalmente, por lo tanto, el que recibe la primera iniciación da el primer paso en el reino espiritual, saliendo del reino definitivamente humano para entrar en el supra-humano.
Así como pasamos del reino animal al humano en la individualización, así entramos en la vida del espíritu, en el umbral de la Cuarta Dimensión y por vez primera tenemos derecho a que se nos llame "seres espirituales", en el significado técnico del término. Entramos en una nueva etapa de nuestra múltiple evolución.
Habiendo tanteado el camino a través de la ignorancia durante muchas edades, y habiendo pasado por el aprendizaje de la instrucción, ahora entra en la Sabiduría, en la Universidad. Cuando haya cursado esta Escuela recibirá el grado de Maestro de Compasión, Peregrino y Hermano en el Camino.
El conocimiento es producto de la instrucción que se recibe a través de la experiencia, de los descubrimientos y enseñanzas recibidas. La sabiduría se refiere al desenvolvimiento de la vida residente en la forma, al progreso del espíritu a través de los siempre cambiantes vehículos y a las expansiones de conciencia que se suceden de vida en vida; al grado de coherencia y consecuencia, esto es de mística. Trata del aspecto vital de la evolución por cuanto se refiere a la esencia de las cosas y no a las cosas mismas; es la comprensión intuitiva de la verdad, independientemente del raciocinio. Sabiduría es conocimiento correctamente aplicado a través del entendimiento.
El Conocimiento es separativo y objetivo, mientras que la Sabiduría es sintética y subjetiva. El Conocimiento separa y la Sabiduría une. La Iniciación o proceso de experimentar la expansión de conciencia es parte del proceso natural del desarrollo evolutivo. Si se considera desde el punto de vista individual, es cuando la unidad evolucionante reconoce que (por virtud de su propio esfuerzo, ayudado por el consejo de los guías) alcanzó un estado en que ya es suyo cierto grado de conocimiento subjetivo desde el punto de vista del plano físico.
Cada Iniciación señala el paso del discípulo a un nivel superior. El resultado es un horizonte que continuamente se dilata hasta incluir la esfera de la creación. Es la creciente capacidad de ver y oír en todos los planos; es el incrementado conocimiento de los planes de Dios para el mundo y una aumentada capacidad de intervenir en esos planos y favorecer su desenvolvimiento.
La Iniciación conduce a la montaña donde se puede tener la visión del eterno ahora, donde se unifican el pasado, el presente y el futuro; una visión del espectáculo de las razas, con el hilo de oro de su genealogía, seguida a través de múltiples procesos; una visión de la áurea esfera que contiene los tres Universos y mantiene al unísono las múltiples evoluciones de la creación: la angélica, la humana la animal, la vegetal, la mineral y la elemental, a cuyo través puede verse claramente la vida pulsante.
La Iniciación conduce a la gruta donde en el recinto formado por las paredes de la matriz de la Madre Cósmica simbolizada desde tiempos inmemoriales por la Virgen Negra que cobija en su regazo al Niño, se conocen los pares de opuestos y se revela el secreto del bien y del mal. La Iniciación conduce al significado profundo de la Cruz, como sacrificio en la evolución y al completo acto de amor que ha de consumarse antes de alcanzar la perfecta liberación de las cadenas de lo material. La Iniciación conduce a través de la sabiduría y pone en las manos del hombre, la llave de toda información del orden cósmico en gradual secuencia. Revela el misterio oculto que subyacente en el corazón del sistema solar y del universo. No implica necesariamente el desarrollo de las facultades psíquicas, aunque estas vienen solas como consecuencia; pero entrará la comprensión interna, que ve el valor subyacente en la forma y reconoce la finalidad de las circunstancias.
Finalmente, diremos que la Iniciación sea cuál sea, señala un punto de adquisición, qué de ninguna manera asegura el éxito futuro, y señala también, el reconocimiento de parte de los vigilantes Instructores de la Humanidad de un punto definido de la evolución, alcanzado por el discípulo. Por estas razones, la participación en las Iniciaciones Rahma debe limitarse a quienes realmente están preparados, para que éstas recuperen la correcta significación al participar en ellas y recibirlas, sino somos tan culpables como aquel que las recibió y por dejadez o inconsecuencia les dio más tarde la espalda.
EL NOMBRE COSMICO.
Las iniciaciones dentro del proceso del contacto actúan como un reconocimiento por parte de los Guías Extraterrestres, de una expansión de conciencia adquirida a través del cambio y del autoconocimiento. Para los Hermanos del Cosmos el que una persona vaya fortaleciendo su voluntad a través de la búsqueda de realizar una acción más comprometida, amerita apoyo. Las iniciaciones al interior de los grupos son el ¨apoyo¨ como para avanzar más y ligero. Entre las iniciaciones más conocidas en el contacto están: El Nombre Cósmico, Los Cristales de Cesio, Los Xendra y El Tercer Cristal.
El nombre cósmico es una vibración, una clave personal que cada uno de nosotros debe recordar, recibir, practicar, afinar, y desarrollar al interior de Rahma; su repetición, vocalización o mantralización va más allá de una mera dinámica de interiorización, persigue elevar nuestra vibración ayudándonos a despertar nuestra conciencia, como el diapasón que vibra alto y estremece, sumergiéndonos primero en lo más profundo de nosotros mismos, para luego proyectarnos hacia el universo.
El nombre cósmico se puede recibir de muchas maneras, como por ejemplo: a través de las meditaciones, llegando como una respuesta interna; en nuestros sueños o como una revelación en las comunicaciones de los Guías. Nuestro nombre cósmico nos devolverá el recuerdo de nuestro pasado, corregirá nuestro presente y señalará nuestro futuro, develándonos nuestra misión personal y colectiva. Es pues una herramienta clave que tenemos cada uno de nosotros, que es personal e intransferible, y que surge en el proceso mismo de individualización del espíritu (Creación). El nombre posee dos partes y suele ser compuesto. La primera parte surge al sintetizarse nuestra individualidad. En ese momento hay una explosión de luz y de sonido; luego la terminación cósmica que es la segunda parte, procede del momento en que a lo largo de nuestras reencarnaciones, llegamos a tomar conciencia del camino espiritual, produciéndose en nosotros, un segundo nacimiento. Cuando llegamos a tener conocimiento de nuestra terminación cósmica, ésta nos permitirá ubicar nuestro momento del despertar, transportándonos al recuerdo de aquella época anterior en la que iniciamos el andar.
El nombre cósmico puede ser trabajado a través de meditaciones llamadas Lunares y Solares, actuando ésta iniciación como una llave hacia nuestro interior; pero siendo la llave, no es la puerta, ni tampoco la entrada, ni menos aún, la mano que la hará girar en la cerradura. Con la constancia y perseverancia propias del caminante, llegaremos a darle utilidad, pero dependerá más de nuestra compenetración y de la actitud con la que enfrentemos esta iniciación como para que alcancemos el fin deseado, o sea, un mayor crecimiento para un mayor servicio.
Meditaciones Lunares.
Las Meditaciones Lunares son aquellas que se realizan de noche y en silencio, repitiendo mentalmente la pregunta: ¿Quién Soy Yo?, colocándonos en una actitud receptiva. Esta práctica nos llevará a un estado de silencio interior en donde seremos capaces de escucharnos y escuchar. La correcta realización del ejercicio tiende a dar quietud al ser, a la vez que abre la mente al conocimiento de las verdades profundas, sensibilizándonos grandemente. Las meditaciones crean condiciones adecuadas para un encuentro interno con nuestro «Real Ser»; así como para alcanzar el equilibrio y madurez espiritual, siempre y cuando creamos en lo que hacemos y lo hagamos por amor.
La práctica continua y constante permitirá que recepcionemos nuestro Nombre Cósmico, que surgirá como una respuesta interior. Una vez que lo conozcamos, dejaremos de repetir la pregunta ¿Quién Soy Yo?, y repetiremos nuestra clave personal, que actuará como el « password» de computadora, que nos permitirá acceder a los archivos de información más secretos e importantes de ésta y otras vidas, así como activará nuestras potencialidades psíquicas. Para verificar si nuestro nombre cósmico es el correcto existen algunas prácticas de visualización como el ejercicio de «El Libro», que lo que buscan es ayudarnos a que logremos una identificación con él. Pero es importante aclarar que para quienes sin merecimiento o conciencia buscan las iniciaciones, es bueno recordarles que lo que nos cuesta o demora en ser recepcionado, será más valorado, siendo muchas veces nuestra ansiedad lo que más dificulta su captación.
Meditaciones Solares.
Las meditaciones solares son aquellas prácticas que hacemos por las mañanas y al mediodía, repitiendo verbalmente una palabra clave o llave, cuya vibración nos ayuda a romper los cascarones astrales que encierran nuestra alma y espíritu, permitiéndonos también una mejor preparación para el encuentro y acercamiento con nuestros hermanos mayores. Estas meditaciones actúan como el «Ábrete Sésamo», abriéndonos el camino hacia nuestro interior, agudizando nuestros sentidos astrales (percepción extrasensorial) orientándonos hacia el servicio, como seres solares que deberemos ser, irradiando a los demás.
Es bueno recordar que no importa tanto el tiempo, duración, forma o estilo de meditar o de meditación. Lo único realmente importante es la actitud al meditar, que es lo que nos servirá realmente para alcanzar la interiorización. La meditación es la relajación de la mente; es estar a solas, y en silencio con uno mismo. Y nuestra vida puede ser una permanente actitud de meditación.
Los nombres cósmicos vibran en armonía con la clave de la palabra Rahma, representando cada terminación, una labor al interior de la misión; pero sobre todo ahora, que se afinan los mecanismos de reencuentro de todos los preparados para el cumplimiento de los objetivos del contacto. Seremos como un puente de cuerdas con nudos cósmicos bien atados pero elásticos, perfectamente unidos por el artesano, como cadenas de eslabones del pasado con el futuro, que congreguen a toda la humanidad para el ascenso final de la escala de evolución.
Finalmente, diremos que el objetivo de la disciplina en las meditaciones es la de fortalecer nuestra voluntad, para así crear las condiciones para la recepción de las iniciaciones; por lo que deberíamos hacer de la meditación un hábito. Si de pequeños se nos enseña a respetar los horarios en nuestras comidas, también la en la fase de aprendizaje se nos debe habituar a ingerir el alimento espiritual. Cada meditación es un alimento de respiración, relajación y sosiego interno; por ello, así como no nos olvidamos de ingerir nuestros alimentos, así tampoco deberíamos olvidarnos de meditar.
Llegar a hacer de la meditación un hábito nos facultará en el futuro a hacerlo cuando sepamos y sintamos la necesidad de ello, no para que seamos esclavos de una disciplina, sino para que disfrutemos con ella sus beneficios, enriqueciéndonos y logrando la salud integral: física, mental y espiritual.
LOS CRISTALES DE CESIO.
Los cristales de Cesio son antenas catalizadoras, colaboradoras de nuestros sutiles mecanismos de recepción de energías. Actúan como coladores de las radiaciones cósmicas, que en la actualidad llegan con mayor fuerza y menor oposición pues las capas de protección planetarias están muy deterioradas. Esta iniciación consiste en la recepción durante una salida de contacto, en la que previamente ha sido anunciada la experiencia, de dos cristales piramidales, uno en cada palma de la mano. Para ello, en la hora y el lugar indicado por los mensajes ; y con la compañía siempre cercana de las naves de los Guías Extraterrestres, se hace un círculo con aquellos que han de recibirlos, quedando todos de espaldas al centro del círculo, con los brazos flexionados y las palmas de las manos hacia delante en posición de recibir.
La finalidad de estas dos pirámides es la de dotar a todos los miembros de la misión, de protectores de la energía de la luz violeta cósmica, mediante el mejor aprovechamiento de la misma. Esta energía como recordaremos, procede de aquel como latido cósmico que se produce en el Sol Central de la Galaxia o Sol Manásico, y que llega como un rayo sincronizador a nuestro Sistema Solar y al planeta acompañando los cambios de un fin de ciclo, y el inicio de otro.
Para un buen aprovechamiento de la luz violeta hay que mantener el cuerpo limpio de impurezas y toxinas, así como de estimulantes. También será recomendable una dieta balanceada naturista y una purificación continua a través de la gimnasia psicofísica.
La energía de la luz violeta es aprovechada y canalizada a través de los cristales que se integran en el pecho una vez que son recibidos, cruzando nuestros brazos a la altura del esternón. Los cristales de Cesio pueden recibirse en grupo o a solas, ya sea durante una salida en el campo, o hasta en el interior de una cara; puede ser esta recepción consciente o inconsciente: voluntaria o involuntario, en vigilia o en sueños. Y los cristales los proyectan los Guías siempre desde una nave que se encuentra en las cercanías, ya sea evidentemente visible o no. Los cristales se sienten y se ven, apreciándose como una tenue luz entre blanca y azulada, acompañada de resplandores, que van tomando la forma de una semiesfera hasta alcanzar a percibirse las pirámides sobre las palmas de las manos, acompañando la sensación de quemazón en ellas. Estas estructuras sutiles tienden a desaparecer cuando son estrechados los brazos contra nuestro cuerpo. Una vez que se integran, tienden a formar en nuestro interior una forma que de ser observada de frente a través de la clarividencia, asemeja a una estrella de seis puntas, símbolo del equilibrio cósmico.
Una vez empiezan a materializarse, los cristales pueden ser apreciados a simple vista por todos los asistentes; pero una vez incorporados, sólo serán visualizados por una persona bien sensibilizada.
Durante los tres primeros meses de recibidos, estos cristales se reafirman dentro de nuestro cuerpo o se pierden a través de la orina, no pudiendo volver a recibirse. Se empiezan a eliminar cuando nuestra vibración en vez de mantenerse o elevarse se densifica, y esto ocurre cuando llevamos una vida inadecuada o cuando nos defraudamos a nosotros mismos.
EL XENDRA.
El xendra es una proyección de luz concentrada, que acelera la vibración de la persona y actúa como paso dimensional y umbral en el tiempo espacio. La persona que atraviesa un xendra, dependiendo de la intensidad de éste, puede llegar a ser desmaterializada para ser tele-transportada a otro lugar, anulando su cohesión molecular y su peso atómico. Esta experiencia puede darse muchas veces durante el proceso de la preparación personal y colectiva. Esto significa, que es la única iniciación que se puede volver a recibir varias veces, existiendo para el caso, varios tipos de xendra, que permiten desde una experiencia física, hasta una proyección mental o también bilocación, o astral consciente. Los tipos de Xendra son:
a) Xendra I: Tipo de puerta interdimensional para una sola persona acompañada de un guía. Este Xendra suele tener una forma de medialuna, como de unos diez metros de diámetro, y permite una experiencia física de desmaterialización con la desaparición de la persona y su proyección a otro planeta, al interior de una nave o a una base intraterrena o subacuática.
b) Xendra II: Es aquella en que pueden introducirse hasta siete personas coordinadas por dos guías. Esta experiencia suele ser también física, de proyección mental o de bilocación, o astral.
c) Xendra 3-4 “Gimbra”: Es el que da ingreso hasta doce personas de una sola vez, y que suele estar coordinada directamente por el Concejo de la Confederación. Este xendra varía en su forma desde algo así como una nube blanquecina o azulada brillante, hasta un círculo luminoso o domo con chispazos que flotan por encima del suelo con su superficie blanquecina; llega a medir un diámetro mayor a los 10 metros.
El Xendra Gimbra a diferencia de los otros tipos de paso dimensional que existen, garantiza una experiencia profundamente espiritual y de integración cósmica. Los otros xendras pueden llevar de experiencias casi físicas hasta proyecciones astrales y espirituales.
Muchas personas por distintas razones, no llegan a recordar lo vivido en el interior de esta experiencia, por lo que deberán trabajar sus meditaciones y retrocesos para recordar.
SIXTO PAZ WELLS
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